El año 1990 es uno de esos puntos ciegos en el mapa de la música. Se encuentra justo en esa resaca sonora entre el exceso de neón de los ochenta y la explosión grunge que lo cambió todo en 1991. Es un año de transición, un puente frágil y muchas veces ignorado. La mayoría de la gente te hablará de Nevermind o de los Pixies, pero rara vez se detienen a explorar este año en particular. Es como un rincón polvoriento en una tienda de discos de segunda mano: sabes que hay tesoros, pero necesitas paciencia para desenterrarlos.

Personalmente, lo veo como el año de la melancolía. De la melancolía pop, la melancolía alternativa, la melancolía electrónica. Es un año donde el cinismo aún no se había institucionalizado y la inocencia seguía siendo una opción. Es el sonido de la resaca. El eco de una fiesta que ya terminó, pero el cansancio aún no te permite ir a casa. Si tuviera que ponerle una banda sonora a la sensación de un domingo por la tarde, 1990 sería el soundtrack perfecto. Es la música que escuchas mientras lees una novela de Murakami o relees Alta Fidelidad. Es el sonido de estar solo, pero no necesariamente triste.

Estos son 5 discos que definen este espíritu y que, si me preguntas, son esenciales para entender la música de hoy.

  1. Galaxie 500 – This Is Our Night

    Hablar de 1990 y no mencionar a Galaxie 500 es un crimen. Este disco es el clímax de su trilogía. Es la culminación de un sonido que nadie más ha podido replicar. Es el dreampop en su forma más pura y dolorosamente bella. La voz de Dean Wareham, a veces desafinada y siempre distante, flota sobre guitarras que se extienden como una niebla densa. Cada canción es un sueño febril. Es el sonido de un corazón roto en una noche de verano. Es tan triste que te hace sonreír. Si solo escuchas un disco de esta lista, que sea este.

  2. Depeche Mode – Violator

    Aquí viene mi confesión: cuando lo escuché por primera vez, creí que era un disco de rock. Y en muchos sentidos lo es. Es el disco donde Depeche Mode abandona su pasado synthpop para abrazar una oscuridad más profunda y rocosa. Las guitarras de Martin Gore se vuelven cruciales, y el bajo de Alan Wilder (que por cierto, es una de las grandes mentes musicales de su generación) le da una densidad que antes no tenían. Es el álbum donde la banda se siente más libre, más peligrosa y más sensual. "Personal Jesus" es un clásico, claro, pero el corazón del disco está en la solemnidad de "Enjoy the Silence" o en la ansiedad de "Halo".

  3. The La’s – The La’s

    El disco de un solo éxito. Todos conocemos "There She Goes" y la hemos escuchado en cientos de películas. Pero el resto del disco es una joya oculta del pop británico. Es un disco de pop de los sesenta hecho en los noventa, con una energía que se siente increíblemente fresca. Lee Mavers, el genio detrás de la banda, es uno de esos personajes excéntricos y obsesivos que siempre me han fascinado. Se dice que el disco es tan bueno porque Mavers, un perfeccionista patológico, lo grabó y regrabó infinidad de veces. El resultado es un pop atemporal, lleno de ganchos y melodías pegadizas. Es un disco que se siente a la vez viejo y nuevo, un clásico instantáneo que no necesita de la nostalgia para funcionar.

  4. Cocteau Twins – Heaven or Las Vegas

    El disco que hizo de los Cocteau Twins una banda de pop. Lo digo con la mejor de las intenciones. Heaven or Las Vegas es la culminación de un sonido que exploraron por años. La voz de Elizabeth Fraser se vuelve más inteligible (aunque todavía es un desafío entender lo que canta), y la instrumentación es más vibrante y menos etérea. Es el disco perfecto para un viaje en carretera sin destino fijo, para un día soleado en la playa o simplemente para cerrar los ojos y dejarte llevar. Es tan hermoso que casi duele.

  5. Pixies – Bossanova

    A diferencia de su predecesor, Doolittle, que se siente como un puñetazo en la cara, Bossanova es más bien una patada en el estómago. Es un disco más sutil, más espacial, más oscuro y con una ligera obsesión con el espacio exterior. Las guitarras de Black Francis, siempre furiosas y melódicas, aquí se sienten más contenidas. Es el sonido de una banda que sabía que estaba a punto de implosionar, pero que aún tenía un último truco bajo la manga. Es un disco que te golpea, pero de una manera extraña y seductora.

Estos discos no solo definen el sonido de 1990, sino que también nos recuerdan que los años de transición son a menudo los más interesantes. Es ahí donde los artistas se sienten lo suficientemente libres para experimentar, para crear algo que no encaja en ninguna categoría, y a menudo, es ahí donde se encuentran las verdaderas joyas. Ahora ve, pon estos discos en tu lista y dime si no tengo razón.

De Dónde Vienen y Cómo Suenan: Un Mapa Musical de 1990

Para apreciar plenamente estos discos, es útil saber de dónde salieron. La música, como la literatura, siempre tiene un contexto geográfico. Estos cinco álbumes son el resultado de la melancolía pop de Boston, el industrialismo oscuro de Inglaterra y el sol californiano mezclado con el space rock.

Galaxie 500

  • Origen: Boston, Massachusetts, EE.UU.

  • Estilo: Dreampop, Slowcore.

  • Descripción: Con un sonido etéreo, minimalista y profundamente melancólico, Galaxie 500 fue pionero en un subgénero que hoy conocemos como slowcore. Su música es un ejercicio de contención, donde la repetición y las atmósferas crepusculares construyen una belleza que se cuece a fuego lento. Es la banda sonora de los días nublados y las caminatas solitarias por la ciudad.

Depeche Mode

  • Origen: Basildon, Essex, Inglaterra.

  • Estilo: Synth-pop, New Wave, Rock Alternativo.

  • Descripción: Depeche Mode, una de las bandas más influyentes de la historia, comenzó con un synth-pop brillante y pop, para luego sumergirse en una oscuridad gótica e industrial. En Violator, su sonido maduró hacia un rock electrónico lleno de guitarras, bajos potentes y una sensualidad que era a la vez peligrosa y bailable. Es el sonido de los clubes subterráneos de la época, con una producción impecable que aún hoy suena futurista.

The La’s

  • Origen: Liverpool, Inglaterra.

  • Estilo: Jangle Pop, Britpop.

  • Descripción: Conectados directamente con la herencia musical de los Beatles, The La’s se centraron en el pop de guitarras simple pero extraordinariamente efectivo. Su sonido es fresco y directo, un antídoto contra el exceso de producción de la época. Son considerados por muchos como los precursores directos del movimiento Britpop, que dominaría la escena británica unos años después.

Cocteau Twins

  • Origen: Grangemouth, Escocia.

  • Estilo: Dreampop, Ethereal Wave.

  • Descripción: La banda que, junto con Galaxie 500, definió el género del dreampop. La voz angelical y sin palabras de Elizabeth Fraser sobre las guitarras texturizadas de Robin Guthrie creó un sonido tan único que fue bautizado como "Ethereal Wave". En Heaven or Las Vegas, su sonido se vuelve más claro y luminoso, acercándose al pop sin perder su magia etérea.

Pixies

  • Origen: Boston, Massachusetts, EE.UU.

  • Estilo: Rock Alternativo, Indie Rock.

  • Descripción: Los Pixies son los padrinos del rock alternativo, una banda que combinaba la agresión del punk con la sensibilidad del pop. Su fórmula de "tranquilo-fuerte-tranquilo" fue emulada por innumerables bandas, entre ellas, Nirvana. Su sonido es errático, disonante y melódico, todo al mismo tiempo. En Bossanova, exploraron un sonido más cósmico y distorsionado, que marcó un hito en su carrera y en la música alternativa en general.

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